Tan cerca...

Fernando Alonso no ha perdido un mundial, sino que ha ganado un subcampeonato de F1 con el tercer o cuarto peor coche de la parrilla. Mucho le debe la escudería del cavallino a este chaval de Oviedo capaz de exprimir un coche que no sirve para luchar por un mundial. Y hasta cuando todo parecía perdido nos hizo ilusionarnos por unos momentos acariciando el título en algunas de las vueltas pasadas por agua del espeluznante GP de Brasil. 

Vettel celebra el tricampeonato en su box

Todos teníamos la esperanza de poder ver a Fernando Alonso hacerse con su tercer título mundial y poder así entrar en un olimpo de pilotos reservado a muy pocos, como Ayrton Senna. Pero en parte sabíamos que era muy difícil, casi una utopía. Además,somos muchos los que no imaginábamos que pudiese llegar a estar tan cerca en algunos momentos, hasta la última vuelta. 

Ganase o perdiese Alonso el título, lo que está claro es que el GP de Brasil ha sido la carrera más emocionante del año, como nos acostumbra a regalar el país de la samba. Con su inestable clima, las carreras que se celebran aquí siempre suelen incluir lluvia, y bastante fuerte. Esta vez no podía ser menos, y la lluvia se hizo presente, obligando a los ingenieros y pilotos a decidir la elección del compuesto hasta el último momento ya en la parrilla. Finalmente, partieron todos con slicks, la mejor opción, ya que la pista tan sólo estaba un poco húmeda. 

Y en poco se dio la salida, la mejor parte de la carrera. Fernando Alonso, especialista en salidas magistrales alcanzó en dos curvas a los dos Mclaren y al Force India de Hulkenberg. Mientras, Vettel se quedaba rezagado por no arriesgar hasta pasada la S de Senna, donde todos esbozamos una gran sonrisa. "¡Vettel ha trompeado!", dijimos todos en nuestras casas, mientras veiamos cómo el alemán se quedaba en última posición y con el coche dañado, por culpa de un toque con Senna. Así pues, teníamos a Alonso en cuarta posición mientras que Vettel luchaba por alcanzar algunos puestos. El mundial parecía en las manos de Alonso. Pero como hemos dicho, en Brasil la carrera cambia en cada momento y nada se puede predecir.

Vettel en el momento en que fue tocado por Senna

Aquí es cuando comenzó una de las mejores carreras de todo este mundial, que en resumen ha sido sin duda de los más emocionantes de este milenio. Empezaba y paraba de llover. Algunos se arriesgaban y comenzaban a poner neumáticos intermedios, otros no, y las salidas de pista eran incalculables, incluso de Alonso, que nos dio algún que otro susto. Vettel comenzaba a escalar posiciones, pero Fernando también, ya que Hamilton y Hulkenberg se dieron un toque cuando lideraban la prueba, dejando al piloto inglés fuera en su última carrera con el equipo de Woking y al alemán en varias posciones atrás. 

De esta forma Alonso ya era segundo, detrás de Button, por otra parte difícil de alcanzar, ya que estaba a más de veinte segundos de distancia. En esta posición, necesitaba que Seb fuera octavo para ser campeón del mundo. Pero a pocas vueltas, el alemán escaló algunas posiciones y finalmente se colocó sexto. La única aspiración entonces para Fernando era ser primero, pero era ya imposible. La carrera terminaría con un grave accidente de Di Resta en la entrada a la recta principal que obligó a la salida del Safety Car, y, tristemente, así acabó la carrera.


La cara de Fernando Alonso con el casco puesto era un poema. Todos teníamos ilusiones, aunque pocas, de que pudiera ser posible arrebatarle el mundial a Vettel, pero al ver la carrera nos frotamos los ojos porque ni en  nuestros mejores sueños habría un principio de carrera así. Al final nos acordamos de los abandonos de Alonso en Spa y Suzuka. Nos acordamos de unos dichosos tres puntos que hubieran convertido a Alonso en tricampeón del mundo, colocándole también como uno de los mejores pilotos de la historia, tanto por número de títulos como por lo que ha hecho con ese coche. Pero hay que ser realistas, un superclase como Hamilton, con un coche muy superior al Ferrari, ha acabado a más de ochenta puntos de Fernando, seguramente la posción real en la que debería haber estado el asturiano. Por tanto, aunque no haya conseguido la guinda del pastel, ha conseguido algo mucho más importante, convencer a todos los amantes de la F1 de que estamos viendo a un piloto de verdad, de los de antes, digno sucesor de A. Senna. La consecución del mundial era tan sólo un pequeño premio, porque para todos ha sido el mejor piloto de la temporada 2012. 

Sólo queda dar la enhorabuena a Vettel por su tricampeonato mundial, y no es por desprestigiarle, ya que es un gran piloto, pero comenzamos a ver como con el mejor coche pero en una carrera algo complicada y bajo presión el alemán comienza a flaquear. Cabe destacar también que quedarse a tan sólo tres puntos, es una carrera ganada por el de Ferrari. Pero mucho tiene que trabajar la Scuderia para ofrecer al español un coche ganador, aunque de momento Stefano Domenicalli, aseguran, dejará el equipo. ¿Os acordáis de cuando Red Bull quiso fichar a Alonso por el año 2008?, no quiero ni imaginar lo que podría haber hecho. 

¡Hasta la temporada que viene!